Se sintieron desde siempre, más no se conocian. Sus sueños revoloteaban la bahía y se perdian en ese punto mágico entre el cielo y el mar. Nunca perdieron la esperanza de poderse contar cuánto tiempo llevaban esperándose. Una tarde de noviembre entró en juego el azar en forma de tornado y sus miradas se cruzaron frente a ese mar. ¿Quién dijo que la vida no da una segunda oportunidad?
sábado, 22 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Y una tercera...si falla la segunda.
Y descubrir que los trenes no siempre van por la vía...a veces cabalgan sobre el mar convertidos en espuma de la que salpica. Con sal.
La vida en sí misma es "la oportunidad" que no podemos dejar pasar... da igual la forma que tenga ni cuanto dure.La sal curó mis heridas y ahora la busco por todos los rincones.
ahora podrá usted seguirme por aquí también, señora
Pues nada mi mailof, que tienes que recoger de mi blog un "meme" y participar.
TE QUIERO.
Cuanto tiempo sin mirarme, ya casi ni me reconocía.
Emigrante: eres sublime y vida en estado puro.
Laura: perdona mi auto-ausencia, sabes que en época de muda me retiro a la selva.
Os quiero
Publicar un comentario